Día de Internet: ¿Habremos aprendido algo?

17 de mayo 2023

Este Día de Internet no es el de un año cualquiera. Ya nos acostumbramos a vivir en un ritmo alocado de avances tecnológicos, pero la irrupción de la inteligencia artificial de la mano de Chat GPT, marcó un récord histórico en la velocidad y el alcance de los cambios. La inteligencia artificial generativa y conversacional está introduciendo una nueva era de Internet que conlleva una relación humano-máquina aún más estrecha, una relación que, de tan intensa, empieza a ser casi invisible.

Aunque con distintas características, este escenario tecnológico nos recuerda los inicios de internet y los primeros tiempos de Chicos.net. En ese contexto -hace 25 años- mirábamos con optimismo el potencial enorme de la web para conectar a las personas y acercar el conocimiento a lugares remotos de forma gratuita. El mundo cambió para siempre y mejoró la vida de millones de personas, pero a la par del crecimiento de la www también se profundizaron las desigualdades sociales. Hoy casi el 70% de la población mundial está conectada, pero la mayoría de niños, niñas y adolescentes, especialmente en nuestra región, carece de habilidades para hacer un uso significativo. 

 En este momento crucial, en el que se están debatiendo como nunca antes los avances de la digitalización: ¿Habremos aprendido algo de los aciertos y errores del pasado (reciente)? ¿Cuáles son las claves y responsabilidades ineludibles que implica la llegada de estas tecnologías en materia de derechos humanos? 

Sin dudas, una de ellas es no correr el foco de las comunidades educativas vulnerables. Muchas personas nos preguntan por qué hablar de IA en las escuelas de América Latina cuando la mayoría no tiene internet ni infraestructura. Sin embargo, por nuestra experiencia trabajando en contextos extremadamente diversos, sabemos que la cultura digital ya atraviesa de un modo u otro a comunidades educativas de sectores desfavorecidos, minorías, de zonas remotas o con acceso limitado a equipamiento y conectividad. Con redes sociales, plataformas de streaming, videojuegos y geolocalizadores, las tecnologías emergentes y IA ya están presentes, modificando la vida cotidiana de chicos, chicas, adolescentes y educadores/as. 

 En este sentido, pensar que, por contar con menos acceso a máquinas y programas, las competencias digitales y el uso crítico son postergables, es sostener la exclusión. Para contribuir a una Internet más justa y a una IA más representativa y diversa, hay que impulsar que las personas de distintos contextos puedan estar allí activas, participativas y visibles con sus culturas, sus lenguajes y sus cosmovisiones y así romper el círculo de la exclusión: si no me veo en internet, entonces internet no es para mi.  No se trata de elegir qué saberes requieren primero y cuáles pueden esperar, sino de cambiar el enfoque educativo para que adquieran las habilidades que necesitan para prosperar en el mundo cambiante de hoy.

Cada vez que emerge una nueva tecnología, es necesario anticiparse, entender y acompañar con una visión responsable y holística que pueda contemplar el impacto y los dilemas que generan su uso. La primera etapa de Internet nos agarró algo desprevenidos. Estamos a tiempo de pensar la Internet que queremos en la nueva etapa signada por la IA. ¿Cómo pensamos enfrentarla y tomar el mando como humanidad?