La Educación Sexual Integral (ESI) proporciona a los niños, niñas y adolescentes herramientas para usar los dispositivos digitales de manera responsable y para reflexionar sobre su relación con el mundo virtual, las interacciones con otras personas y los cuidados que son necesarios para desenvolverse en este entorno.
“Los entornos digitales son un espacio de ejercicio de nuestros derechos, al cual los niños, niñas y adolescentes necesitan estar conectados/as. Desde nuestra perspectiva es importante pararnos frente a los conflictos que puedan haber en este ámbito, no desde una posición de pánico, que limite la exposición o el vínculo de niñas y niños con las pantallas, sino poder dar todas las herramientas necesarias para, ante la situación de estar en un conflicto de riesgo o incomodidad, que puedan detectarlo, ponerse alerta y pedir ayuda.” Gisela Grunin, Lic. en Comunicación, especialista en género.
La ESI abarca temas tan amplios como el reconocimiento del propio cuerpo, la prevención e identificación de casos de violencia sexual contra infancias y adolescencias, la libertad de elección sexual, el cuestionamiento a estereotipos de género y a mandatos sociales que generan inequidad, entre muchos más. Así como educamos sobre el cuerpo, la sexualidad y las formas de vincularse, también es importante que conozcan cómo desenvolverse en el mundo digital: qué implica el consentimiento, qué supone el anonimato, cuáles son los beneficios de las plataformas y a qué riesgos pueden enfrentarse. El ámbito digital se convierte en un territorio clave donde se ponen en juego los principios, objetivos y ejes centrales de la ESI.
El impacto de lo que sucede en las redes atraviesa a las niñeces y a las adolescencias, en tanto son uno de los sectores de la población que más utilizan los entornos digitales. Hace rato que dejamos de pensar en dos mundos separados, el “virtual” y el “presencial”, ya que lo que sucede en uno afecta y nutre al otro constantemente. Desde la escuela, es fundamental incorporar esta dimensión, para acompañar y enriquecer la formación de las y los estudiantes. Desde la perspectiva de la ESI, tenemos la oportunidad de profundizar el trabajo de los vínculos y la afectividad atravesados por las redes, aportando un enfoque de géneros y derechos, fortaleciendo a las y los estudiantes en sus potencialidades y sus cuidados, favoreciendo la construcción de entornos respetuosos de la diversidad y la identificación de situaciones de desigualdad y violencia de género, y otorgando herramientas de prevención, para cuidarse y protegerse.
En este sentido, se puede contribuir a la construcción de la ciudadanía digital, con la generación de espacios de reflexión, la construcción de acuerdos de convivencia que incluyan pautas para los entornos digitales y el fortalecimiento del ejercicio de derechos.
Fuentes:
Colaborá con la edición de los términos