El fenómeno de los jóvenes que realizan apuestas online se disparó, alentado por la falta de regulación, la búsqueda de estímulos inmediatos y el uso excesivo de tecnología. Qué pueden hacer las familias para evitar y revertir esta problemática.
“¿El partido está aburrido?”, se pregunta una modelo tan conocida como su mediática hermana, mientras toma el celular y hace clic en el sitio de un casino online. “Apostá qué equipo saldrá primero en la Liga”, invita un periodista deportivo, admirado por los adolescentes por su cobertura en el Mundial de Qatar. Otra joven periodista deportiva e influencer pide desde su cuenta en X “¿Me bancan en esta combinada?” e insta a otros chicos a que se sumen al juego. Estos son ejemplos de publicidades que se ven todo el tiempo en televisión, cable, sitios de internet y redes sociales.
Las estrategias para incentivar las apuestas son variadas, bien diseñadas y eficaces: las agencias les ofrecen a artistas, deportistas, influencers o streamers que son referentes para los jóvenes, cifras millonarias para que promocionen sus sitios. La selección argentina, los campeonatos locales y los principales clubes de fútbol son auspiciados por estas firmas. Los chicos pasan varias horas por día conectados a Internet o en sus redes sociales y ven esos contenidos, sin filtro. La tentación es grande y apostar es demasiado fácil. Aunque el juego está prohibido para menores de 18, no hay demasiadas trabas para loguearse en casinos oficiales online, y ninguna en el caso de los clandestinos. Además, los chicos tienen acceso al dinero porque usan billeteras virtuales que hasta les permiten sacar créditos o usar fondos de las tarjetas de crédito de sus padres, sin control.
El resultado de todos estos factores es el crecimiento impresionante de casos de ludopatía en adolescentes que enciende las alarmas entre las familias, la escuela y las instituciones que ya trabajan en reglamentaciones.
Según una encuesta realizada este año por la consultora Opina Argentina, el 16% de los jóvenes realiza apuestas online. De ellos, 11% son varones y el grupo más afectado es el que va de 12 a 16 años.
En muchos casos, el conflicto sale a la luz cuando los chicos sufren ataques de pánico o de angustia por las deudas que acumulan y por el temor (con razón) a sufrir represalias por parte de los prestamistas y usureros que están detrás del juego ilegal.
“Muchos chicos empezaron a apostar a partir del Mundial de 2022 y ya no salieron. Desde entonces, se acercan cada vez más familias que tienen problemas porque sus hijos se endeudan y tienen que resolver esa situación con mucho esfuerzo. El tema está instalado pero, hasta el momento, institucionalmente no se hizo nada: ni un taller, ni informes”, cuenta Mónica, profesora de Literatura de un colegio en el oeste bonaerense, al que asisten chicos de clase alta y de un parroquial del sur porteño, donde los chicos apuestan mucho más.
“Ellos dicen: ‘Anoche gané 40.000 pesos, con eso pago la cuota del viaje de egresados’, como si fuera una ayuda para la familia. Creo que todavía no perciben la ludopatía como una enfermedad. Sin embargo, tampoco cuentan demasiado porque no quieren ser sancionados o recibir sermones de los adultos”, detalla.
Mónica sabe que algunos de sus alumnos y ex alumnos son reclutados para levantar apuestas a través de Whatsapp o Telegram para casinos ilegales, a cambio de fichas para seguir jugando o por una paga muy baja.
El tema de fondo es el uso de celulares. “Vos les peguntás a chicos de primer año (de entre 11 y 13 años, dependiendo si son de provincia o de CABA) cuántas horas pasan conectados por día y te contestan que 6 o 7. Existen recursos para que las familias y la escuela hagan un seguimiento de esto, pero nadie hace lo que tiene que hacer”, advierte.
Desde pequeños, los chicos reciben un teléfono celular a través del cual acceden a juegos online casi sin filtro.
“Desde hace 20 años, el universo de los videojuegos les propone a los chicos que apuesten a través de la búsqueda de regalos, cofres sorpresas, ruletas para obtener más puntaje o con la compra de elemento para sumar funciones”, explica Federico Pavlovsky, psiquiatra especialista en adicciones y autor del libro Apuestas online. La tormenta Perfecta (Noveduc).
El paso del universo gamer a las apuestas se acortó por el bombardeo de contenidos y publicidad. “Los desarrolladores crean algoritmos que compiten por la atención de las personas y, en ese proceso, somos testigos de la creación de una sociedad adicta que no puede dejar de consumir tecnología y lo que le venden a través de ella”, explica Pavlovsky.
“Los chicos que llegan al consultorio son un reflejo del efecto del mal uso de las redes sociales y de cómo la tecnología está pensada para captar la atención y desarrollar mecanismos como la recompensa aleatoria. Lamentablemente, estas situaciones están naturalizadas, porque los mismos pacientes me cuentan que sus padres están todo el día metidos en Instagram”.
El psiquiatra reconoce que los docentes fueron los primeros en advertir el avance de la ludopatía. En cambio, ve a los padres desconcertados. “A los 10 u 11 años le damos un teléfono a un chico. A los 13 años maneja redes sociales y ve pornografía desde los 11. Entonces, no sabemos si sacarles los dispositivos o desinstalarles las aplicaciones. Ahora, se abre un espacio para empezar a hablar de todo”, opina.
El abordaje que propone Pavlovksy para los casos de ludopatía adolescente contempla una evaluación psiquiátrica y clínica. También, asesoramiento para relacionarse mejor con la tecnología tanto para el paciente como para su familia, participación en talleres presenciales para personas con adicciones conductuales (no mediadas por sustancias) y entrenamiento físico.
“Los adolescentes buscan conductas riesgosas. Antes, alcanzaba con ratearse de la escuela, pero ahora la vara está cada vez más alta y aparecen conductas peligrosas para llegar al placer inmediato. En este contexto, apostar les da satisfacción, aunque ganen o pierdan, porque se disparan los niveles de dopamina, que también caen rápidamente”, describe Graciela Candiano, licenciada en Psicología Clínica.
Según la visión de Candiano, estas conductas se producen debido a la falta de observación por parte de los padres y por la facilidad para acceder al dinero a través de plataformas online. “A veces, tienen el recurso pero no saben en qué utilizarlo y caen en las apuestas porque es algo que pueden hacer desde la escuela, la casa, cuando sale con amigos. Cuando ese impulso no se puede frenar o posponer, es necesario consultar con profesionales”, aclara.
“Estamos en un momento en el que bajó la disponibilidad afectiva hacia los chicos. Hay que tolerar que ellos no siempre tengan ganas de hablar y aprovechar el momento en el que estén dispuestos a conversar. Creo que la gran tarea pendiente es estar atentos, mirar y acompañar para poder detectar cuándo un hijo está tenso, cuándo usa mucho tiempo el teléfono y se pone nervioso o cuándo busca dinero de manera desesperada”, señala la especialista.
“Como vemos a los adolescentes tan habilidosos, caímos en la trampa de creer que maduran más rápido. Aunque manejen dinero, redes sociales y otras situaciones, si no los acompañamos de cerca, los estamos confinando a la soledad. Y un adolescente en soledad toma malas decisiones. Lo que sugiero es una mirada más amorosa y comprometida de todos los entornos adultos hacia los adolescentes”, dice la psicóloga.
Por otra parte, considera que se afianza la idea del dinero como fuente de placer y de poder, mientras se debilita el concepto de que lo que realmente nos forman son los valores, el disfrute de cada día y el bienestar a largo plazo. “Uno podría preguntarse: ¿de verdad lo hacen por el dinero? Para mí, no. Lo que sucede es que, como no se valoran los procesos, van detrás de la satisfacción inmediata”.
La asociación Chicos.net, que promueve el uso seguro, responsable y creativo de las tecnologías entre niños y adolescentes, realizó una encuesta entre casi 340 docentes, psicopedagogos, padres y madres. El 75,4% de los consultados afirmó que conoce chicos o chicas que hacen apuestas y juegan en casinos online. La mayoría tiene entre 16 y 18 años y está creciendo la participación desde los 13.
La organización, dirigida por Marcela Czarny, que recientemente fue convocada para trabajar junto a legisladores nacionales que se ocupan de esta temática, recomienda algunos disparadores de conversación sobre la temática de las apuestas:
• ¿Conocen amigos que usen aplicaciones de apuestas? ¿Qué los motiva a apostar? ¿Qué hace el grupo de amistades en esos casos? ¿Cómo usan el dinero que se les da para su vida diaria? ¿Ahorran para algunos gastos personales?
• Analizar junto a ellos las publicidades de casas de apuestas. ¿Qué mensaje transmiten? ¿Quiénes las promocionan? ¿Por qué son tan populares en el mundo del fútbol? El objetivo es que desarrollen un punto de vista crítico.
• Brindarles información acerca de la ludopatía y sus consecuencias: impulso incontrolable, pérdidas económicas, consecuencias negativas en el trabajo, la familia y las amistades.
• Incentivar que hagan actividades recreativas y consensuar momentos de desconexión de las tecnologías.
• Dar el ejemplo: como adultos, hacer un uso equilibrado de los dispositivos y no promover el uso de aplicaciones de apuestas.
• Aislamiento social.
• Bajo rendimiento escolar.
• Cambios en el comportamiento.
• Búsqueda desesperada o uso inapropiado de dinero.
• Síntomas de estrés, ansiedad o depresión.
• Vergüenza y culpa.
Tanto la Cámara de Diputados Nacional como la bonaerense, trabajan en proyectos para:
• Bloquear las direcciones de IP y el acceso a las páginas webs desde las escuelas.
• Prohibir las publicidades de casas de apuestas y casinos en todos sus formatos.
• Denunciar a las figuras que las promocionen sitios de apuestas ilegales.
• El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cerró el registro de licencias de apuestas y revisará las 11 vigentes. También se bloqueó el acceso a sitios de apuestas desde las escuelas.
La generación ansiosa. Por qué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes, de Jonathan Haidt (Ed. Planeta).
Apuestas online. La tormenta Perfecta, de Federico Pavlovsky (Noveduc).
El dilema de las redes sociales, un docudrama dirigido por Jeff Orlowski que muestra cómo las plataformas más usadas influyen en nuestras decisiones (Netflix).