¿Por qué las redes funcionan tan bien? ¿Cómo afectan nuestro cerebro?

29 de marzo 2018

¿Estamos aprovechando las redes como se pensaron, es decir como una fuerza capaz de mejorar la comunicación y cambiar el curso de los eventos históricos y políticos?

Esto se pregunta Alejandro Piscitelli en su nota publicada en su blog,  “Filososfitis.com.ar”. Compartimos algunas de las ideas que nos parecieron interesantes para hablar sobre el uso responsable de la tecnología, no solo por parte de los usuarios, sino también por parte de las empresas.

Piscitelli agudiza la reflexión, preguntándose si nos hemos puesto a pensar alguna vez hasta qué punto las redes sociales afectan nuestros cerebros, y concluye : “…la humanidad dedica 60 mil millones de horas por mes a Facebook. Ninguna tecnología ha crecido tan rápido, ningún dispositivo tuvo nunca tantos usuarios, no hay tecnología del conocimiento que haya aglutinado jamás a tantos usuarios, y a tantos activistas, desde las causas más nobles a las más inanes, como ha logrado esta plataforma en apenas una década.”

¿Por qué  las redes funcionan tan bien? Es por el llamado “Deseo mimético”. Los creadores de las redes sociales tenían muy en claro la necesidad humana de ser mirados y mimados. “…lograron construir la máquina de desear más poderosa de la historia.”  Pero…¡No todo está perdido!  Existen diseñadores, ingenieros, pensadores que investigan cómo se puede revertir este fenómeno.

Tristan Harris, por ejemplo, trabajó por tres años como diseñador de ética en Google, descubriendo cómo la tecnología secuestra las vulnerabilidades evolutivas de la mente humana para controlar nuestra atención. Actualmente Harris trabaja para una iniciativa sin fines de lucro llamada “Time Well Spent” (http://humanetech.com/) en donde dedica su tiempo a lo que ellos llaman el “Diseño Humano”, entendiendo nuestros instintos humanos más vulnerables para poder diseñar productos que los protejan.

Actualmente está desarrollando un marco para la persuasión ética, especialmente en lo que se refiere a la responsabilidad moral de las empresas de tecnología.

Para entender mejor su trabajo y por qué dejó Google para trabajar en este proyecto,  Piscitelli recomienda su charla TED.

El autor del blog Filosofistis.com.ar sugiere estrategias para conservar nuestra autonomía, nuestra capacidad de discernir:  Lo primero que se debe hacer es reconocer que somos persuadibles. Al reconocerlo, es más fácil que nos paremos unos segundos a preguntarnos si es necesario hacer las acciones que íbamos a hacer tantas veces en el día en una red social. Pero además “necesitamos un renacimiento del diseño, que haga imposible que las empresas se apropien del diseño mimético de la humanidad. De lo que se trata es de retomar el control de nuestras líneas de tiempos, es decir de nuestros flujos de la atención.”

La pregunta, entonces es: “¿Cuál sería la mejor forma de invertir nuestro tiempo? ¿Cuál sería el cronograma perfecto que incluya algo para después?”

En chicos.net, creemos que si reflexionamos como adultos sobre nuestras acciones en las redes, podremos entonces inculcarle mejor a nuestros hijos estos valores, herramientas y pautas de reflexión sobre cómo utilizamos la tecnología.

Pueden leer la nota completa “Facebook la máquina de deseo mimético más poderosa de la historia” por Alejandro Piscitelli

http://www.filosofitis.com.ar/2017/11/06/facebook-y-las-otras-gafas-la-maquina-de-hacer-desear-mas-poderosa-de-la-historia/