Hace más de diez años que en Chicos.net trabajamos para concientizar, prevenir y actuar en relación a los riesgos que surgieron a partir de la presencia permanente del mundo on line en nuestras vidas.
Entre esos riesgos, los más “populares” son el ciberbullying y el sexting. El primero implica el acoso sistemático entre pares (de un grupo de mayor poder a uno de menor) a través de las redes y dispositivos tecnológicos. El segundo, es el fenómeno en el cual las chicas envían a sus amigos o novios o publican en las redes, imágenes sensuales o eróticas que después se viralizan.
Muchas veces, las dos problemáticas vienen juntas: una joven o adolescente publica o envía ese tipo de fotos y luego (por una pelea, por un desengaño o simplemente porque sí) el novio, ex novio o compañero las hace circular provocando una viralización de esas imágenes imposible de revertir. Luego esto deviene en ciberbullying, ya que todo el entorno de esa chica la acosa, se ríe o simplemente apoya los comentarios y bromas que se suceden. Hubo casos de familias que se tuvieron que mudar del lugar donde vivían para rescatar a la víctima. Familias…¡pertenecientes a las mujeres! Nunca pertenecientes a quienes comenzaron o apoyaron lo sucedido.
Hasta hace poco, los contenidos con los que trabajábamos estaban focalizados en enseñar básicamente a las mujeres que no posteen ese tipo de imágenes porque después se podían arrepentir. Frases como “piensa antes de publicar”, o “lo que se publica en la red, ya no te pertenece”, fueron “hits” de nuestras capacitaciones a cientos de niños, niñas y adolescentes.
Pero la inclusión de la perspectiva de género nos hizo reflexionar y cuestionar el paradigma implícito que sostuvimos durante años. ¿Dónde está la responsabilidad del varón y de los amigos al viralizar una imagen que no les pertenece? ¿Quién es el que actúa peor? ¿La mujer que se expone o los amigos que se ríen de ella?
Por supuesto que hay que seguir promoviendo una reflexión acerca de la privacidad, la intimidad y lo que no podremos revertir en este mundo mediado por pantallas. Pero es imperante que, ante cualquier caso que incluya estas modalidades de violencia y excesos, reflexionemos con nuestros alumnos y alumnas sobre el respeto, la traición de los acuerdos en una relación, los valores, el machismo implícito en cada acto y la educación sexual integral, entendida como el respeto del cuerpo de uno y también el respeto y cuidado del cuerpo (y la imagén) de los demás.
Compartimos el video de la especialista Georgina Sticco quien analiza un caso específico de sexting y ciberbullying desde una perspectiva de género.