Si bien las plataformas toman medidas para bloquear cuentas de menores de 13 años según sus normas de seguridad, son miles las cuentas creadas por niños y niñas que generan sus perfiles con información falsa para poder pertenecer a las mismas. 

Las redes sociales son facilitadoras de derechos también en la niñez y en la adolescencia, porque a través de ellas pueden expresar ideas y opiniones, acceder a información, a contenidos educativos, al juego y al entretenimiento, y a variadas maneras de socialización e intercambio con pares. 

En este contexto, plataformas como TikTok cobran un rol central, ya que permiten la rápida producción y viralización de los videos subidos, generando un fácil intercambio y un acceso a contenidos variados, con foco en el entretenimiento. Además, gracias a la popularización de los servicios de streaming, muchos chicos y chicas se paran frente a la cámara para expresar su propia voz en forma de tutoriales, reacciones a videos y opiniones sobre temas que les interesan.   

También con el surgimiento y la consolidación de las redes sociales, surgió la figura de los y las influenciadores (influencers). Según Hubspot (2021) un influencer es una persona activa en redes sociales que, por su estilo de vida, valores o creencias, puede tener un peso directo en un cierto número de seguidores y usuarios. Las personas influencers pueden expresar opiniones de diferentes temas y se han convertido en referentes de muchas marcas y del marketing de la influencia.
Esta práctica en redes sociales no sólo se vincula con las marcas sino que también, se comenzaron a representar diferentes causas o movimientos sociales fortaleciendo de este modo la figura de las y los activistas digitales. 

Sin embargo, también deben tenerse en cuenta situaciones que pueden vulnerar derechos y que son frecuentes en las redes. Cabe señalar que la violencia o el maltrato e inclusive algunos delitos pueden encontrar su expresión en las redes sociales. Entre ellos se pueden mencionar: el ciberbullying, el grooming, la difusión de imágenes sin consentimiento, las noticias falsas (fake news), los discursos de odio y la discriminación, la exposición a violencia explícita y a contenidos sexuales.

En este sentido, las plataformas deberían reconocer a sus jóvenes usuarios con derecho a acceder a las mismas, e implementar medidas especiales de protección que los y las  incluyan. Actualmente los niños y niñas menores de 13 años son vulnerables en las redes por no contar con medidas especiales de protección, pero además porque al registrarse con una edad mayor tampoco acceden a las configuraciones de privacidad que algunas tienen para adolescentes de 13 a 16 años o de 16 a 18 años.