Muchas veces con lo que decimos podemos estar minimizando situaciones que afectan el bienestar de chicos y chicas. Como personas adultas, el primer paso para prevenir esta violencia es no mirar al costado frente al acoso y accionar de forma conjunta con el grupo de pares y la comunidad educativa para que nadie sufra esta violencia.
1. “Son cosas de chicos”
El acoso provoca consecuencias en la autoestima y la salud mental de chicos y chicas. El primer paso para combatirlo es no minimizarlo y reconocer que es un acto de violencia.
2. “No les des bolilla”
En situaciones de bullying las agresiones se dan de manera constante. Con los medios digitales esto se maximiza ya que se agrede desde cualquier lugar y a cualquier hora. Es muy difícil atravesar esta situación en soledad, por eso sugerimos abordarla con la comunidad educativa de modo integral.
3. “Tenés que aprender a defenderte”
Para quien recibe el acoso, es muy difícil expresarse sobre lo que está transitando. Más teniendo en cuenta que estas agresiones son grupales. La clave está en enfocarnos en la potencia de los y las espectadores/as de la situación: si el grupo no se hace eco de los mensajes agresivos, si no potencian a quien agrede…no hay bullying ni ciberbullying.
4. “Es algo que viene de la casa”
Las razones para que alguien haga bullying pueden ser diversas y se relacionan también con problemáticas de nuestra sociedad y la historia particular de cada niño o niña. El trabajo para prevenir y combatir estas situaciones tiene que darse de forma conjunta entre la escuela y las familias.
5. “A veces algunos/as necesitan que les hagan un poco de bullying”.
El bullying no es un método de aprendizaje, sino una violación de los derechos humanos básicos de niños y niñas. Promover esta o cualquier otra forma de violencia atenta contra su integridad y su desarrollo.
6. “Quienes acosan van a ser así de por vida”
Los roles en una situación de bullying no son estáticos: quien agredía en un momento puede ser acosado/a en otra situación o pasar a ser un espectador/a. Proponeles a quienes participan de la situación otras identificaciones posibles, para que no queden encasillados en un rol que les hace daño.
7. “Si lo molestan por internet, no afecta tanto”
Las pantallas pueden generar una sensación de anonimato, que muchas veces lleva a publicar mensajes extremadamente violentos. Una buena forma de reflexionar junto a chicos y chicas es preguntándoles si lo que hacen en Internet lo harían cara a cara.