¿De cuántas maneras algo puede moverse? Quizás las hojas bailan tanto al caer porque no tienen un destino donde ir.
Nací y crecí en un barrio donde las calles cambian de nombre. Siempre me sentí una nómada urbana, mudándome de barrio en barrio, explorando cada rincón de Buenos Aires. Esa experiencia me enseñó a adaptarme rápidamente y a ver la ciudad con ojos diferentes.
Y es en ese constante cambio donde me pregunto: ¿Cuándo se transformó nuestra manera de comunicarnos?
Mi relación con la comunicación es buena, fluida y constante: maneje redes sociales de empresas y otros proyectos, siempre desde detrás de la pantalla, pero con el deseo de dar la cara.
Como las hojas que siguen el impulso del viento, descubrí que hay corrientes que no se pueden ignorar.
Y entonces me pregunto, ¿cómo sigue alguien en movimiento después de tanto? En lo personal, las causas que me impulsan son claras: sueño con que cada persona tenga su propio hogar, me comprometo con un medioambiente sano y limpio, y lucho por la equidad de género.